Esta región, que ofrece innumerables facetas a quien la quiera conocer, subyuga siempre a italianos y extranjeros con su particular atracciones naturales. Distintas formaciones montañosas, como los montes Lesivos, el antillano de Aciago, los Dolomitas y parte de los Alpes cárnicos, degradan dulcemente en la llanura véneta.
Aquí, las provincias de Belluno, Padua, Rovigo, Treviso, Venecia, Verona y Vicenza, testimonian la gigantesca obra que el hombre ha desarrollado en todos los campos: desde el político y militar hasta el religioso, comercial e industrial, sin contar con el artístico - uno de los mas ricos de Italia.
Hechos históricos como las guerras de la independencia y la primera guerra mundial son recordados en los nombres de diversos montes y cursos de agua.
Los primeros habitantes de estas tierras fueron los arganeos seguidos por los carnes y luego los vénetos, quienes desde el principio dieron pruebas de ser hábiles navegantes. Su tranquilidad se vio amenazada ante el avance de los galos que fueron detenidos gracias a la ayuda de los romanos.
La alianza de los vénetos con los romanos fue muy beneficiosa para la región, no solamente desde el punto de vista defensivo sino también para su propio desarrollo e intercambio comercial.
Con la caída del Imperio Romano, el terreno quedo indefenso, los barbaros, atraídos por su riqueza, lo invadieron repetidamente empujando a los pobladores hacia la laguna; as comenzó la fundación de Venecia. Luego del largo y triste periodo de las invasiones barbarás las ciudades de tierra firme comenzaron a recuperarse con la aparición de los Comunes libres y reconquistaron su libertad eh el siglo XII, al integrar la famosa Liga de Verona a la que se adhirió-ron, asimismo, Vicenza, Padua y Trento.
Este hecho enardeció al emperador Federico I, U amando Barba roja, quien intento, infructuosamente, reconquistarlas. Igualmente luchas intestinas fueron corrompiendo a los municipios, que poco a poco, terminaron suplantados por una nueva forma de gobierno: el de las « Señoras » ambiciosas de poder. El deseo de supremacía dio lugar a feroces luchas políticas por el predominio de los diversos pretendientes, o por los deseos de expansión territorial.
Esta caótica situación fue totalmente dominada por Venecia, la cual, consolidada su influencia sobre el sector Adriático, se dedico a la conquista de la tierra firme, cosa que logro en muy poco tiempo, creando, ya a principios del siglo XV, un estado homogéneo, fuerte y respetado.
La hegemonía de Venecia, molesto algunas potencias europeas que, reuniéndose en la Liga de Cambrai en 1529, esperaron, de esta manera, Negar a dominarla. Venecia supo resistir y los distintos componentes de dicha Liga debieron renunciar poco a poco a todas sus ambiciones.
En 1571 la Republica de Venecia contribuyo en forma decisiva al éxito de la batalla de Lepanto, aumentando de esta manera su prestigio. Su supremacía duro por casi cuatro siglos, específicamente, hasta que Napoleón I conquisto, en 1797, la Republica Veneta cediéndola a Austria que, salvo el periodo de dominio francés 1805-15, la gobernó hasta 1866 ano en que el Veneto se unid al Reino de Italia. (Solamente luego de la Primera Guerra Mundial — 1915-18 — ha sido posible resolver el problema limítrofe).
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